martes, 2 de julio de 2013

Patrimonio Nacional. Luis García Berlanga. 1981.



FICHA TÉCNICA

Título: Patrimonio nacional
Título original: Patrimonio nacional
Dirección: Luis García Berlanga
País: España
Año: 1981
Duración: 112 min.
Género: Comedia
Reparto: Luis Ciges, Luis Escobar, Agustín González, José Luis López Vázquez, Alfredo Mayo, José Lifante, Mary Santpere, Amparo Soler Leal, Syliane Stella, José Luis de Villalonga, José Luis Alonso, Patricio Arnáiz, Pedro Beltrán, Julio Castronuovo, Jaime Chávarri, Rafael Díaz, Manuel Guitián, Chus Lampreave, Myriam De Maeztu, Fausto Moreno, Silvia Murube, Julián Navarro, Adrián Ortega, Joaquín Pascual, Francisco Regueiro, Santiago Rivero, Cindy Roberts, Fernando Sala, Carmen Santonja, Gloria Van Aerssen, Juan Daniel Wakonigg
Guión: Luis García Berlanga, Rafael Azcona
Distribuidora: Divisa Home Video
Productora: Jet Films, In-Cine Compañía Industrial Cinematográfica
Departamento artístico: Juan de la Flor
Departamento editorial: Claudio García, Lucio Cortés
Diseño de producción: Pin Morales
Fotografía: Carlos Suárez
Historia original: Luis García Berlanga, Rafael Azcona
Maquillaje: José Antonio Sánchez, José Quetglás, Paquita Núñez
Montaje: José Luis Matesanz
Producción ejecutiva: Alfredo Matas
Sonido: Francisco Peramos, José Nogueira
Vestuario: María Teresa García Trueba Pin Morales 

Sinopsis:

Tras la muerte del general Franco, los Leguineche abandonan su finca de Los Tejadillos, donde han permanecido durante décadas de exilio voluntario, con el propósito de volver a Madrid para participar activamente en los actos sociales de la nobleza y acercarse al círculo más próximo al monarca español. La obsesión del viejo marqués está centrada en relacionarse con los apellidos más ilustres, ascender socialmente y reanudar el boato y la vida cortesana que perdieron hace mucho tiempo. Para ello decide instalarse en un antiguo palacio de su propiedad, situado en el centro de la capital, no sin antes superar las dificultades planteadas por su esposa, que odia profundamente tanto a su marido como a su hijo. Para recuperar el control del palacio, el marqués de Leguineche intenta discapacitar a su mujer, argumentando una enfermedad mental incurable, y emprender después una reforma del lugar con el objeto de adaptarlo a la vida aristocrática.
Pero su plan se ve alterado por una serie de imprevistos: la reclamación de un inspector de Hacienda de los pagos de las declaraciones de los últimos cuarenta años, la detención de su hijo Luis José por intento de corrupción a un funcionario y la accidental muerte de la condesa en un ridículo duelo entre Nacho, su antiguo amante, y el marqués. Finalmente, el marqués de Leguineche acepta que los hábitos de antaño ya no están vigentes y termina transformando el palacio en un museo donde se exhiben los últimos vestigios de una clase aristocrática ya desaparecida.

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